Estrés y Adaptación al cambio
Comprender el tema de la Adaptación al Cambio es comprender su estrechísima relación con el Estrés. Estrés y Adaptación al Cambio son Uno. Y es lo que hoy vamos a tratar.
Imagínate el estrés como un río, el río de la vida. Porque el estrés es eso, algo natural y que sucede cada día de nuestra vida. Ya dimos en podcasts 4 unas pinceladas sobre si el estrés nos enferma y valoramos si es o no una enfermedad mental.
Hoy te acerco la pintura más amplia del estrés. La parte que fija la mirada en su vinculación con el Cambio. En el origen del termino y de la investigación científica que lo arrancaba, está la curiosidad por observar qué sucede a los seres vivos cuando afrontan un cambio vital.
Porque aún hoy, mucho del pensamiento médico suele asociar el estrés con acontecimientos traumáticos, pero aislados, como un divorcio, la perdida de empleo, la muerte de un ser querido… Sin duda estos acontecimientos son una fuente importante de estrés para muchos de nosotros, pero existe una forma de estrés, crónica, y cotidiana que resulta mucho más perjudicial en sus consecuencias biológicas a largo plazo.
Como siempre, vamos a empezar por el principio: ¿de dónde viene el término estrés y cómo fueron sus inicios en la investigación científica?
¿Quién fue el padre del término y qué engloba el concepto de Estrés?
Fue el Dr. Hans Selye, fisiólogo y médico austrohúngaro que posteriormente se hizo ciudadano canadiense y fue el Director del Inst. de Medicina y Cirugía Experimental de la Universidad De Montreal. El fue quien utilizó el termino estrés por primera vez y es considerado el padre en el estudio del estrés. Esto era en 1935. Lo definió como “la respuesta adaptativa del organismo ante los diferentes estresores”.
Selye buscaba una palabra en aquel momento, que captara el significado de los cambios físicos, que observaba en sus experimentos. Y se encontró con el termino “stress”, muy utilizado en el idioma inglés, especialmente entre los ingenieros, que lo utilizaban para describir los efectos que ejercía una fuerza actuando contra una resistencia. Y explicaba sus hallazgos utilizando una goma elástica. Con ella ejemplificaba los cambios que se dan cuando esta goma elástica se somete a estiramiento por un muelle que está bajo presión.
Selye decía, que, al igual que sucede con la goma, en nuestro cuerpo también los efectos del estrés pueden observarse algunos a simple vista, pero otros necesitan un examen microscópico. En todos los casos observó que las reacciones al estrés provocan muerte celular, y por eso, con cada estrés, morimos y envejecemos un poco más.
Lo concibió como un proceso biológico, es decir, una serie muy variada de acontecimientos que suceden en el cuerpo y que son independientes de la causa y de la conciencia subjetiva de la persona. Y esto es importante porque el estrés puede producirse por un daño físico real, por un trauma emocional, o por la simple amenaza de trauma, aunque sea completamente imaginaria.
Y consiste en una respuesta que desencadena una serie de acontecimientos que son fisiológicos y medibles, y que están protagonizados por el cerebro, el sistema hormonal, el sistema inmunitario y muchos otros órganos y que sucede cuando el cerebro, percibe una amenaza a su bienestar, a su estado de equilibrio, a su existencia.
Por tanto, el estrés no se trata de una reacción propiamente nerviosa. Aunque ciertamente, cuando la gente dice estar estresada, suele referirse a un nerviosismo, una agitación nerviosa que experimentan cuando se enfrentan a exigencias excesivas, especialmente en el ámbito del trabajo, la familia, las relaciones, la economía, o la salud.
Aunque pueda ser uno de los componentes del estrés, no son las sensaciones de tensión nerviosa las que definen el estrés. También podemos sentirnos estresados sin sentir tensión nerviosa, o al revés, sentir tensión nerviosa sin que se activen los mecanismos fisiológicos del estrés. Selye, en su primer libro (The stress of life) y que recoge sus experimentos e investigaciones sobre el estrés, nos dice que las reacciones al estrés se dan también en animales inferiores, incluso las observó en plantas, que no tienen sistema nervioso.
Y es que todos los seres vivos, por el hecho de estar vivos estamos sometidos a los cambios. Porque la vida va en la dirección de la vida siempre, es imparable y cambiante…
Afrontar un cambio nos provoca resistencia y por tanto estrés…
Démonos cuenta de esto. Nos cuesta aceptar los cambios, nos parece que perdemos el control, y que la vida nos dé un vuelco, nos duele y causa temor ver como se desmontan nuestros castillos… ya sean grandes o pequeños…, ya sean que nos gustaban mucho o poco… ¡eran los nuestros! ¿Cierto?
Y ¿cómo actuamos? Escapándonos y llenándonos de mucho que hacer… No es bueno ni malo… pero ahora pregúntate: ¿hasta qué punto eres TOTAL en lo que haces?
¿Te has parado un momento a mirar y mirarte? ¿cual es la calidad de tu hacer?
Fíjate en ¿por qué haces lo que haces? ¿lo sabes? Porque el cambio sigue ahí a la espera de que lo acojas. Y si te refugias en multitud de “haceres”, formulas, consejos, recetas…sigues escapándote de la vida y lo que la vida trae a tu existencia.
Cuando niegas y rechazas lo que es, lo que está sucediendo, se cosifican las relaciones, desatiendes tus apoyos externos, desatiendes tus espacios interiores, y cuidar de ti mismo, pasa al ultimo plano de entre tus prioridades. Entonces, el sentido de tu acción en este momento en que todo se tambalea, se limita a, o bien no mirar lo que sucede, o bien a conseguir que nada cambie, a que todo vuelva a ser como era, o …
Todo eso constituye una negación a la vida, a la libertad de ser, no conoces la verdadera libertad, aunque creas que, por el hecho de elegir llenarte de actividad, reuniones, citas, compromisos, y demás movidas… estás ejercitando tu libertad… No has entendido el sentido de la libertad.
Te pierdes cada vez que rechazas lo que sucede.
Y lo que transmites es nerviosismo, tensión, frialdad, ¿Puedes darte cuenta de las señales que emites acerca de tu rechazo? Son esos gestos, formas, palabras, tonos y posturas que adoptas, esos suspiros …Todo eso habla por ti, aunque tú no digas nada… y transmiten: “no quiero estar aquí”, “no quiero hacer esto”, “me aburro”, …
La verdadera libertad no necesita elegir, es pura entrega al momento, porque no está condicionada por ningún “pro ni contra”. La libertad deja paso a la espontaneidad. Y la espontaneidad no brota de la mente…
¿De donde surge entonces? Quédate con la pregunta….
Sigues perdiéndote un poco más cada vez que te preguntas ¿y esto porque me está pasando a mi?, y no abres la puerta a explorar qué puede haber por detrás, más allá de lo que aparenta, qué puede haber para ti, qué puede traerte de bueno y de nuevo la situación.
Y no abres esa puerta, no lo haces porque no te das cuenta de que esa situación que se está creando está ahí para aprender algo nuevo, para abrirte a la experiencia de encontrar más recursos en ti. Y será, solo cuando ya no tengas nada que aprender, que la vida apartará esa situación y te presentará la inmediata que necesitas. La que necesitas ¿para qué? para continuar navegando con Salud en el río de la vida.
Porque cuando nos enfrentamos a un cambio percibiéndolo como una oportunidad para conocernos en algo nuevo, nuestra actitud en lugar de ser de rechazo se convierte en aceptación y así es como aprendemos a adaptarnos. Aunque esta vivencia del cambio nos genere ansiedad y también estrés, nuestra experiencia va a ser de madurez y crecimiento
Vamos a mirar un poco más como estamos y qué nos pasa en los momentos de cambio… Por qué nos resistimos y vamos a mirar, a ver si y donde encontramos la espontaneidad, esa cualidad natural que es nuestra y que sí podría conducirnos al éxito.
El éxito en momentos de cambio: requiere nuevas competencias, nueva actitud
Porque El éxito no consiste en esforzarte en hacer, hacer y hacer… El esfuerzo por hacer, el forzarse a hacer… lleva implícito estrés, tensión, porque se tiene una gran necesidad de alcanzar algo, un punto, un resultado… incluso que nada cambie.
Cuando te afanas por conseguir un resultado, eso que quieres, sí o sí… ¿A quien le cedes el protagonismo? A la mente que, de una manera u otra, lo que reflejará son los temores inconscientes: al rechazo, la soledad, a no ser querido, reconocido…
Viviendo así, no puedes ser espontáneo. La espontaneidad es fruto de la confianza en la propia vida y en ti mismo, en ti misma. Viviendo así no puedes conseguir un resultado verdaderamente exitoso porque… Mira lo que pasa…
- te estás dejando llevar por el juicio, por la critica, en lugar de practicar el pensamiento critico, una competencia para la vida muy necesaria, pero que precisa neutralidad por nuestra parte para que se exprese en toda su potencia.
- te vas a bucear en tus experiencias pasadas, y caes en manos de la comparación, dejando que sea la mente la que diga como hay que vivir la situación de ahora, en lugar de aplicar pensamiento creativo, puro, libre, dispuesto a crear belleza y a dar una nota singular, única…
Esto que te he presentado, supone estar en la cárcel mental. Supone negar poner en juego tus recursos y ejercitar tus competencias. Y por eso no eres libre para tomar decisiones
No eres libre, aunque puede parecerte que si porque confundes “poder elegir” con la libertad. Elegir,… nos da la sensación de control, mando, poder, autoridad, Y aún no ves cómo estás de sometido a la tiranía de la mente, siempre comparando, interpretando, generando ansiedad, inquietud, conflicto… . Por eso no puedes tener éxito, aún no estás dispuesto a adaptarte.
Si cambiamos nuestra manera de ver las cosas, si nos metemos TOTAL y PLENAmente en lo que ES “la cosa”, también nuestra manera de actuar empezará a ser menos reactiva y mas consciente, nuestros resultados serán diferentes y nuestra sensación de satisfacción con la vida se llenará de espontaneidad, de presencia, de apertura…
La mente no lo entiende esto. Pero la única formula de éxito para salir de una vida estresada es dejar de vivir una vida pensada, una vida planificada, una vida que solo vive para lograr el resultado que quiere, para colmar el deseo que surge de … ser aceptado, querido, escuchado, apreciada, considerada… ricos y famosos, da igual.
Esa es la vida de la mente: al servicio de si misma. Así es como llega la frustración, la ansiedad, rabia, tristeza…Me paro… Pero mira bien por tu salud, Mira bien a quien le das la mano para caminar la vida. ¿A la mente, ese conjunto de pensamientos, ideas, interpretaciones? Esa mano te trae esa lucha interna y constante que tienes, que puede que no te haga enfermar directamente, pero sí te está haciendo vulnerable a la enfermedad.
Cómo Saber si estoy rozando el límite de la enfermedad
Ya vimos en el capitulo 4 que cuando el estrés se “cronifica” porque no está desapareciendo el factor estresor, ya sea real o imaginado… empezamos a acusar no solo desarreglos o disfunciones emocionales sino también físicos, orgánicos. Si la situación se prolonga aparecen síntomas adversos, como: Cambios en el comportamiento. Irritabilidad, sentimiento de ira, estado de ánimo decaído. Hipertensión. Dolor de cabeza. Problemas digestivos. Falta de apetito. Hambre desproporcionada. Dolores musculares. Pérdida de memoria. Afectación del sistema inmune.
Y se “cronifica” ¿sabes por qué? Sobre todo, porque vamos escondiéndonos de lo que nos pasa. Y nos refugiamos en técnicas y prescripciones exteriores sin regalarnos la atención que necesitamos y merecemos. Es necesario que paremos y nos demos cuenta de la percepción que tenemos de nosotros, de lo que nos pasa, y del funcionamiento de nuestros cuerpos y mentes.
Lo que importa es que te ocupes más de completar que de terminar…
Anhelamos una nueva vida, nos decimos que queremos crear una nueva manera de entender la vida, y que se exprese en una sociedad diferente. Nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestro corazón, nuestro cerebro, están preparados y equipados para esto si sabemos utilizarlos.
¿Crees que lo conseguiríamos a base de planificación? Pues no, no es la fórmula. Que podamos vivir lo que estamos haciendo del todo, instante a instante Si lo cambia todo. Ganamos profundidad y sentido de “ahora”, de presencia.
Sin embargo, funcionamos en el presente por lo que hemos aprendido en el pasado. Y quizá esa del pasado fue una experiencia poderosa porque funcionó bien. Pero repetirlo no garantiza ningún nuevo éxito. Solo significa que no tenemos ni traemos algo nuevo a nuestra bolsa de recursos, de activos… La verdad, lo que nos muestra la ciencia y la propia observación es que podemos aprender algo nuevo cada vez que decidimos hacerlo. Y cada vez que lo decidimos hacer, desarrollamos más capacidad de hacerlo. Porque nada es tan falso como creer que no podemos cambiar nuestro presente.
El éxito en momentos de cambio: entrenamiento
Requiere ponerse al servicio, y al servicio de lo que trae la vida. Para hacerlo con toda tu potencia, adquiriendo nuevas competencias, nueva actitud, nueva mirada… se requiere atreverse a hablar de lo que te, nos sucede.
Cambiar es aceptar con franqueza, con honestidad, lo que nos sucede. Mucho del estrés que sufrimos se debe a nuestra incompetencia emocional, nuestra incompetencia de aceptación y confianza. Nuestra falta de sentido y misión.
No nos conocemos lo bastante para tener confianza en nosotros y damos más credibilidad a lo que dicen otros sobre mi, a lo que puedan pensar, o creer de mi. No nos encontramos y por eso aceptar se limita a querer ver colmados los propios deseos, ver cumplidos los resultados que queremos…
Pero eso no puede asegurarte el éxito. Porque, ¿qué pasa si no se cumplen tus deseos? ¿Sino alcanzas los resultados que quieres? ¿Dónde te lleva esa ansiedad que salta de célula en célula y va recorriendo tu organismo dejando su huella de estrés?
Cómo saltar del trampolín del estrés a lograr una vida en calma
Lo primero, y el paso más importante es darte cuenta Y hacerme consciente de mi orientación en la vida me aportará la luz que ahora necesito para observar si estoy enamorado de la vida, y por tanto totalmente entregado a vivir, o, por el contrario, estoy auto-referenciado, dependiente de los demás, enrocado en mis posiciones, ¿ideas, percepciones, creencias…?
Vamos a hacer una prueba ahora: Con el Cuestionario de Orientación a la vida de A. Antonovsky. …
…
Con la práctica del cuestionario del SOC nos hemos dado cuenta hasta dónde estamos enganchados a los pensamientos e ideas que tengo de las cosas, personas…, o bien cómo estamos ya abiertos y dispuestos a enamorarnos y entregarnos a la vida y vivir los acontecimientos que vengan con confianza…
Y es que Ver lo que sucede y observarnos es un paso esencial para comunicarnos con lo que nos rodea. Y hacerlo aprendiendo a mirar a tu interior para ver si estás creando conflicto entre las circunstancias externas del momento y tus pensamientos-emociones.
La mente grita, el silencio habla
Y hay todo un proceso de autoconocimiento y que empieza con la Aceptación, con la Apertura y la Confianza en que lo que tenemos delante es justo lo que necesitamos tener.
Es lo que necesitamos para seguir creciendo, amando y contribuyendo desde nuestro espacio interior que es espontaneo, y, por tanto, honesto y autentico. ¿Sería posible vivir la situación como si fuera nueva, porque de hecho lo es, cierto?
Aferrarnos a lo que fue, a nuestras memorias…no nos permite movernos libres. El movimiento es vida, es libertad y tu tienes movimiento y vida. Estás lleno de recursos, de tesoros que te ayudan a moverte y avanzar hacia la conciencia de ti mismo.
Y ¿si dejamos que surja de nosotros una respuesta espontánea, nueva también, como pasa en la naturaleza? Igual que crecen los arboles, y brota la naturaleza cada primavera con nuevas hojas…, ¿podríamos mirar a las experiencias de nuestra existencia de una nueva manera, como si las viéramos por primera vez…?
Cambios, estrés y sentido de coherencia
Saldrás del estrés cuando dejes de perseguir los deseos y resultados, cuando dejes los para qué y cambies a mirar los porque de ahora mismo. Eso te llevará a reconocer tus significados, superar tus desafíos. Vivir así, apostar por seguir adelante en este proceso de verdad, implica asumir riesgos: hacer lo que nunca se ha hecho o hacer diferente lo mismo que hacíamos ….
No hay nada de negativo en dejar tu propia huella, al contrario. ¡Búscate! Despierta y disfruta de tu curiosidad. Ponte al día, ocúpate tú de tu vida y de encontrar el sentido que tiene la libertad: Eres libre para la felicidad, para amar lo que haces, para vivir ahora intensamente. Eso es ser libre
Cuando te decides a ir a encontrarte y te das cuenta de que ahora ERES LIBRE. Lo eres para renunciar a este conflicto descubriendo ¿Quién eres? ¿Que te mueve?.
Un curso práctico, ameno, retador y dispuesto para que dejes huella, ganes confianza creando desde tu misión, eso que te llena de sentido y de paz interior.
Deja una respuesta