Serie del cambio
Seguimos adelante con el ciclo relacionado con el cambio. Por si te falta por escuchar alguno, te los dejo listados aquí:
- 11. Adaptación al cambio: una historia real
- 12. El cambio puede convertirse en un placer
- 13. ¿Adaptación al cambio o a las expectativas?
- 14. Nacidos para servir
- 15. Los 3 estados del cambio: Aceptar, Disfrutar y Entusiasmarse
- 16. Claves para salir del sufrimiento
Qué es ACTITUD y cómo te afecta en relación con el cambio
Hoy abordamos la mirada que nos la relaciona con nuestra ACTITUD. Porque nuestra actitud, una vez entendida y puesta al servicio del cambio es una poderosa aliada de nuestra salud y calidad de vida.
Y si vamos a hablar de la actitud, ¿cómo se define? ¿qué entendemos por actitud? La manera de estar alguien dispuesto a comportarse u obrar (x ej, mostró una actitud colaborativa, bondadosa…). También actitud es y se asocia a una postura del cuerpo que revela un estado de ánimo (x ej, estaba sentado en actitud pensativa) …
Y me parece importante que nos hagamos conscientes de cómo la actitud habla por nosotros sin necesidad de que medien palabras. Y que comprendamos lo determinante que resulta nuestro estado de ánimo porque se refleja 100% en la actitud…
Porque mira, todos tenemos una “casa emocional” en la que acumulamos el conjunto de experiencias que hemos tenido y los significados que tuvieron para nosotros, las historias que nos contamos.
Los significados del cambio y tu identidad
La emoción es lo que te conecta con ese recuerdo. Si has tenido una experiencia de cambio en el pasado que no querías, y en general los cambios para ti significan una pérdida, o los asocias a una carencia, vas automáticamente a relacionar el cambio con temor. Y aún te protegerás más en tu casa emocional, bien resguardado por todo el condicionamiento que arrastras.
Cambiar no puedes entrenarlo, no es una habilidad. Lo que puedes entrenar es el hacerte consciente del condicionamiento que te impide cambiar. Solo cambia quien se siente libre para hacerlo.
Esta libertad genuina que traíamos al nacer y fuimos perdiendo, esta libertad de la que hablo, ¿es una emoción? No. Pero la vives y la transpiras como confianza, paz, calma, alegría, … cualidades que empapan tu estado mental-emocional. Y eso es lo que empapará también tu actitud.
Pero si aun estás enganchado a los significados-interpretaciones, lo que te cuentas a ti mismo/a y no has conquistado la libertad del condicionamiento, entonces no podrás saltar y cambiar.
Un ejercicio sobre la identidad
¿Cuándo podemos cambiar y sentirnos preparados para cambiar? Sólo puedes cambiar cuando sientes la motivación a hacerlo. O cuando lo que la mente ha asociado al cambio me da más placer. Hablamos de adaptarnos al cambio, pero en verdad, cambiar sucede en un instante. Déjame que te ponga un ejemplo.
¿Recuerdas el niño al que no le gustan las judías del podcast anterior? Se llama José. Y ahora es un adulto que, aunque tiene sus angustias de vez en cuando, vive la vida apreciándola y saboreándola… Desde la niñez las judías verdes NO LE GUSTAN, y su patrón grabó eso, así que cada vez que ve una se pone malo.
Han pasado los años y José no come judías. No piensa en ello, pero siempre elige otra cosa del menú. Un día se enamora de María. Y María le invita a cenar por primera vez a su casa. Le gusta todo de María, incluso el que sea vegana. Se sientan a la mesa, y ve que María ha preparado su comida más odiada: ¡¡judías verdes!!
¿Te imaginas su cara cuando las ve? ¿Y la lucha interna que se desata en su interior entre su patrón condicionado de la infancia (te recuerdo que tuvo una mala experiencia de niño y encima le dieron un bofetón por no comerlas…) y el placer que siente ante la presencia de su pareja?
¿Qué opciones tiene José? ¿qué acción y actitud tomará?
1. Decir su «verdad»
La primera opción que tiene José es decirle a María que no soporta las judías. Aquí José está plenamente identificado con su condicionamiento. Nunca más se ha dado la oportunidad, pero él sigue ahí.
Él cree que José no soporta las judías. Esa idea forma parte de la identidad de José de quien José cree que es.
Si decide esto: ¿qué es lo que más importante para José? ¿cuál es su motivación? Ser fiel a la idea que tiene de sí mismo desde la infancia. Y que no se ha cuestionado ni un pensamiento… ¡nada!
¿Qué consecuencias tendrá esta decisión? Imagínatelas… ¿Cómo se sentirá María? ¿Y José? ¿Está abriendo la puerta a tener una nueva experiencia o está en el día de la marmota?
2. Negar su «verdad»
En la puerta número 2 tenemos a José que se da cuenta de su malestar e incomodidad, pero decide no decir nada y actuar como si las judías le gustaran.
Él cree que es la pareja perfecta de María. Y se sitúa en esa idea del José ideal, en el José que debería ser, ese que le dice que no le va a dar un disgusto a María. Esa es su segunda identidad: el yo que debería ser.
Así que se traga, no sin dificultades y con muchos disimulos… el plato de judías, haciendo ver que le gustan. Todo para no dar un disgusto a María y que la noche se tuerza ¡por su culpa! y él no obtenga el resultado de lo que creía que tiene que ser una velada de pareja perfecta.
¿Desde dónde está José viviendo? ¿Qué consecuencias tiene la decisión que ha tomado? ¿Qué tipo de relación está construyendo José?
3. Ver su «verdad»
Otra posibilidad que se abre es la siguiente: José ve la fuente de judías verdes en la mesa y se queda mudo. En seguida, en un instante conecta con aquella infancia en la que algunas experiencias vividas le hicieron aborrecer las judías.
Pero José es hoy un adulto que se ha hecho consciente de sí mismo, se siente muy comprometido con su propio crecimiento. Ya se ha dado cuenta de que el condicionamiento del pasado puede cargarse la magia del ahora, de este instante si se deja llevar por sus temores y expectativas. Así que, al ver las judías, se para, respira profundo para interrumpir el patrón mental y se pregunta a sí mismo: ¿qué vas a hacer ahora?
Porque su motivación es crecer como ser humano y ser feliz para hacer felices. Así que lo que hace es echarse a reír. María extrañada le pregunta por el chiste, y José le cuenta sus experiencias con las judías, sin entrar en detalles, porque tampoco quiere protagonizar la atención ni ser objeto de autocompasión…
¿Qué ha pasado?
Fíjate, como en un instante José ha tomado una decisión que ha llenado de alegría el momento. José ha sido fiel a sí mismo, ha estado conectado con quien en verdad es.
El patrón ha salido, ¡claro! Pero no se ha dejado llevar por la idea que tiene de él, por quien cree ser, ni tampoco por la del José que debería ser. Ha sido fiel a ser el que es en verdad, tal cual es, auténtico, y acogiendo sus miserias, y condicionantes, y viendo cómo brotan así. Simplemente porque ahí están los programas él es sobre todo consciente de la grandeza de sí mismo, consciente de que puede amar, no solo a María en este momento: puede amar a todo lo que es ahora.
José tiene una motivación para cambiar: descubrir y ser la verdad de quién es. José ha cambiado en un instante y ha saltado al plano de identidad que le hace ser auténtico, y sentirse plenamente humano.
3 opciones, 3 actitudes
Después de escuchar las 3 opciones de acción-decisión, puedes entender que, en cada nivel de acción de José, la actitud es una u otra. En las dos primeras decisiones, José ha cedido en este momento el control de su vida, y ha reaccionado al miedo, perdiéndose la posibilidad de vivir el instante como algo nuevo. Ha repetido comportamientos programados.
Puedes ver en José como el salto, el viaje del cambio es el salto y el viaje de la identidad. Entonces, ¿por qué no saltamos? Lo que te impide saltar de una identidad a otra es la cantidad de pegamento que te tiene enganchado/a a esas ideas, es decir, lo mucho que te crees esa imagen que te has hecho de ti. Y ¿por qué continúas enganchado/a? Porque crees que te pierdes algo importante si sales de ahí.
Lo que te impide saltar de una identidad a otra es la cantidad de pegamento que te tiene enganchado/a a esas ideas
¿Qué nos impide cambiar entonces?
Te impide cambiar lo qué crees que pierdes si cambias…. Quizá crees que pierdes seguridad, porque pones tu atención, tu foco en esa posición, ese coche, trabajo, esa pareja…. te recuerdan contínuamente y te reafirman tu identificación con las ideas de quien crees que eres o de quien crees que deberías ser.
El José de nuestra historia, el que manifiesta una actitud abierta, acogedora, alegre, con buen humor…. para llegar ahí, a manifestar al que es de verdad, ha hecho el recorrido por lo que llamamos el “darse cuenta” de las otras identidades.
Pero gracias a su compromiso consigo mismo, con su querer abrirse y desplegar su propia grandeza, y lo que ya lleva aprendido y entrenado en competencias para la vida y la salud, ya se da cuenta de los programas que disparan esas identidades. Ya puede ver que ese no es él en verdad. Su identidad real no responde a ninguna etiqueta.
Ejercicio
¿Qué significa para ti eso que crees ser? Quizá crees que ahí se está seguro, que ahí “eres alguien”… Y bueno, va, mira bien… ¿qué resultados tienes? ¿eres feliz ahí? ¿Cómo de limitada es tu identidad-quien crees que eres? ¿Y qué me dices del que crees que deberías ser?
De las tres, solo una de las identidades es quien en verdad eres. Tu mismo, sin más.
Decisiones que dan forma a nuestra vida (a cada momento)
Mira, continuamente, a cada momento de nuestra vida podemos parar y decidir donde queremos poner la atención. Eso sí, tienes que entrenarte a parar, entrenarte en el “darte cuenta” de ti mismo.
Si aun no has empezado, te recomiendo mucho el curso de “Aprender a parar”. Vas a encontrar herramientas y reflexiones que, de una manera muy significativa te empoderan y te enseñan lo que necesitas aprender: parar, darte cuenta y conectar con lo que quieres en tu vida.
Porque mira de instante en instante tomas decisiones en relación con tres cosas, ¿cuáles son?:
- En lo que te enfocas: ¿dónde pones el foco? ¿En lo que tienes en lo que es posible?, ¿o en los riesgos y lo que te falta?
- En la mentalidad que despliegas: ¿cómo dirías que es tu mentalidad? ¿Lo quieres todo bajo control? ¿Qué sucede cuando compruebas que no puedes controlarlo todo?
- Sobre lo que vas a hacer: ¿tiene que ver con tu pasado, con tu futuro? O vives en el ahora, en ese yo mismo natural, espontáneamente maduro, autentico/a?
La actitud es generadora de salud
Quizá con este ejercicio ya empiezas a comprender por qué siempre obtienes los mismos resultados. ¿Cierto? Es porque reaccionas a los acontecimientos desde aquel nivel de ti que estás tolerando.
Lo importante del ejercicio que te propongo hoy es que te des cuenta desde dónde estás viviendo, a quién le das el poder de tu vida. Para que entonces al mirar bien, veas dónde pasas tu tiempo porque eso se refleja en tu actitud.
Y en tu salud porque la Salutogénesis ya nos explica que ante cualquier cambio, el principio de coherencia interna tratara de reequilibrar. Pero ese cambio puede ser mucho más. Puede movilizarnos a crecer y hacernos saltar a otro nivel de identidad, cuando el significado que tiene para mí, supera el esfuerzo que me supone crecer. Ahí es donde ganamos calidad de vida. Ahí es donde crecemos como seres humanos.
Sigue ejercitándote con la identidad
Puedes hacer como José y profundizar en ti con el ejercicio que te he dejado hoy. La buena noticia es que no tienes que quedarte en esa identidad en la que te ves más.
¿Recuerdas la motivación de José? El creyó que podía encontrar la manera de superar algo, los errores, tener otros resultados, … Y decidió ponerse en camino. Seguir su intuición de que la vida no podía ser vivir el día de la marmota. Y lo encontró. Y yo también lo encontré. Pero no conseguí saltar porque me llenara de afirmaciones positivas, sino por la convicción de que quería otra cosa, podría más, había más. Pero no fuera, no… Sino dentro.
Ya lo había tenido lo de fuera… El viaje de la identidad empieza por el cambio de mirada hacia uno mismo. Y para mirarnos solo necesitamos ponerle coraje y perseverancia. Así entrenamos lo que necesita ser entrenado, a ti mismo/a, a uno mismo.
Porque… ¿Tu qué quieres? ¿Quieres liderar tu vida o quedarte siendo un seguidor de la mente, sus miedos y caprichos?
¿Que no sabes lo que quieres? Pues mira… escucha bien lo que te digo ahora:
Si ésta fuera la última semana de tu vida … ¿cómo la vivirías?
¿Qué harías, con quien estarías, … dónde irías? Que querrías escuchar, dónde querrías volar, qué querrías aprender, qué sabor quieres disfrutar, ¿qué querrías crear y legar?
Comparte tu viaje porque todo te está esperando… Hoy sé que no se le tiene miedo al cambio sino a como va a ser esa transición. Dudas si podrás hacerla. Solo te puedo decir que confíes.
Y te aseguro que puedes cambiar, si confías en que puedes y utilizas tu fuerza para entrenarte ¡podrás!. Te animo mucho a que nos contactes, a que me contactes. Es importante que encuentres tu motivación y que sea tuya, interna y auténticamente tuya. Nada de lo que venga de fuera te va a conectar con tu verdad, con la autenticidad y la grandeza de quien eres.
¿Hablamos?
Volveria a hacer el camino de Santiago desde cualquier punto,en otoño o invierno, viviendo los pasos y sintiendo cada paso hasta volver a casa.Disfrutar del sonido de la naturaleza,y encontrar en el silencio ese sonido interior ,y descu rir nuevas personas en el camino.Haciendo un camino por fuera y otro hacia dentro.
Muchas gracias por compartir Ángel y… Avísame cuando lo vayas a hacer, que voy a tratar de acompañarte para disfrutar de estos regalos tan grandes que comentas: naturaleza, silencio, belleza…