No hemos venido a sufrir: la importancia de sintonizar los 4 pilares de la salud para superar el sufrimiento
Seguimos con la serie sobre adaptación al cambio… y vamos con otro aspecto apasionante del cambio, el dolor y sufrimiento que nos supone. Pasearemos por las claves para salir del sufrimiento con los cuatro pilares de la salud, Los 4 son importantes: conocer las emociones que se nos disparan, las actividades y relaciones que se nos remueven y nos hacen sufrir y entraremos especialmente en uno de ellos, la motivación y el sentido de lo humano para comprender que no hemos venido a sufrir y que nuestra vida puede llenarse de calidad. Y que lo único que requiere por nuestra parte es dar un pequeño salto.
Caminando por el sufrimiento con dos grandes
Déjame que hoy te conduzca a salir del círculo pernicioso del sufrimiento y lo haremos también acompañados, en esta ocasión de dos psiquiatras como la copa de un pino, reconocidos mundialmente y a los que admiro profundamente: Carl Jung y Viktor Frankl. Ambos hicieron inmensas contribuciones a la humanidad desde su compromiso e investigación sobre el inconsciente.
Carl Jung
El trabajo de Jung, y simplifico mucho porque evidentemente no cabe en un podcast, … nos ayudo a comprendernos con sus modelos arquetípicos. Que luego, y este es un mensaje para mujeres y hombres, posteriormente Jean Shinoda, discípula suya popularizó con sus enseñanzas y libros místicos, nunca mejor dicho, como “Las diosas de cada mujer”…
Viktor Frankl
En cuanto a Frankl, su mayor aportación, la logoterapia o terapia del sentido, se caracteriza por una mirada revolucionaria al ser humano que documentó en numerosos libros e investigaciones…
Debido a las terribles experiencias que vivió en primera persona en los campos de concentración y a su propia alquimia interior, Frankl desarrollo una aproximación revolucionaria a la psicoterapia y nos ha dejado un legado profundo que nos enriquece como seres humanos que encontramos en sus investigaciones y análisis existencial.
Viktor Frankl, que vivió la destrucción total de su entorno, la exterminación de sus seres queridos, padeció hambre, frío, vio y experimentó las peores brutalidades imaginables y que tan cerca estuvo de la muerte, ACEPTO Y DECLARÓ que la vida era digna de ser vivida. Su obra es revolucionaria porque se sumerge en la esencia del sufrimiento humano llevado al límite. Y se sumerge también en los mecanismos de la mente que nos llevan a manifestar lo mejor y lo peor de nuestra especie. Creo que se me nota lo muy enamorada que estoy con sus teorías y aportaciones. Ayudan tanto a comprender también de qué se habla cuando intentamos penetrar en el misterio de la vida…
La gran aportación de Jung para mi, tiene que ver como examinaba a fondo lo inconsciente desde un punto de vista práctico. Es lo que han aprendido a hacer las filosofías budistas y zen. Lo inconsciente no es tal cosa o tal otra, sino algo que, aunque desconocido nos afecta directamente. El propio Jung dice acerca de lo inconsciente que, aunque nos parece algo psíquico, su naturaleza real es tan difícil de reconocer como la de la materia. Y dice también que “la psicología en su significado más profundo es autoconocimiento…”.
La psicología en su significado más profundo es autoconocimiento
Carl Jung
Quedémonos con la importancia del autoconocimiento.
Vamos a parar aquí un momento. Y demos con Jung y Frankl un paso más, el que necesitamos para dejar de sufrir. Pero vamos por partes….
Con el autoconocimiento, seremos capaces de reconocer lo qué nos duele, dónde nos duele y por qué nos duele. Con la entrega o rendición, podemos Renacer, como lo llama Jung en uno de sus ensayos. Te introduzco un minuto su mirada, lo que me parece más valioso y esencial de la Psicología del renacer:
“El renacer no es un proceso que podamos observar de un modo u otro. No podemos medirlo, pesarlo, fotografiarlo. Está fuera del alcance de nuestros sentidos. Se trata de una realidad puramente psíquica”.
Por tanto, primero habría un primer paso que es conocerse, para luego trascender, encontrar sentido para Frankl, Renacer para Jung.
Entonces, y volviendo al primer paso: ¿cómo nos conocemos? Te traigo para ello una cita de Goethe que dice así:
¿Qué cómo aprende el ser humano a conocerse? Nunca mediante el razonamiento, sino mediante la acción. Haz lo que debes y sabrás lo que hay en ti. Pero ¿cuál es tu deber? La exigencia del momento.
Goethe
Así concluye… Y me pregunto y respondo a mí misma que esa exigencia del momento es nuestra tarea, nuestra acción, hecha desde y con autenticidad. Y este matiz de la autenticidad es lo que la hace genuina, única…
Porque como citaba a menudo Frankl: si no haces tú la tarea para la que estás aquí y ahora, mira bien: Si no la hago yo, ¿quién entonces? ¿Si no ahora, cuándo? Y si solo es para mí, mi placer, mi deseo… ¿qué soy yo?
¿Qué soy yo?
Y lo que somos es conciencia, somos el darnos cuenta. Como especie de ser vivo nos distingue que podemos darnos cuenta de que nos damos cuenta. Compruébalo por ti mismo/a ahora. Cierra los ojos, y mira lo que piensas, te estas dando cuenta de los pensamientos.
Déjame que te haga un regalo: no eres lo que piensas. No puedes dejar de pensar, ni lo intentes, pero ¿cómo vas a ser algo que está de paso por la mente?
Ahora abre los ojos y dime qué ves, ¿qué tienes delante de ti? Fíjate que nada de lo que no te das cuenta existe para ti. Podemos observarnos, vernos. Y eso que somos, la conciencia, el darme cuenta, siempre está a nuestra disposición porque está eternamente ahora, disponible y fuera del tiempo. La conciencia siempre está ahora, porque es ahora que puedo darme cuenta de lo que sucede, de lo que pienso, de lo que veo por la ventana…. Es la diferencia de la mente, que solo sabe vivir en el pasado y el futuro.
Sé que esto es mejor con un ejemplo… Estás enfrascado con un informe… ha empezado una tormenta, o suena el teléfono y no te enteras de nada, ¿cierto? ¿Ves?
Donde tienes la atención es donde tienes la experiencia
Donde tienes la atención (la conciencia enfocada) es donde tienes la experiencia, es decir, donde puedes conocer, dar fe de algo. Mientras duermes, no te das cuenta de lo que sucede en la habitación, si salta tu perro a la cama. Sin embargo, estás teniendo un sueño y te parece que estás ahí, ¿no es cierto? Y te parece que eso es tan real como aparenta ser la vida que tienes en vigilia, el tiempo que va desde que sales de la cama hasta que vuelves a ella.
Tu conciencia individual es lo que eres: tu eres el yo que ve los cambios. Y estamos dotados de ese darnos cuenta, porque y para que podamos servir a lo que se necesita, a la tarea que este momento preciso exige. Así nos movernos a la acción impulsados desde el Ser auténticos.
No hemos venido a sufrir, y sin embargo sufrimos: ¿por qué?
Desde este lugar de conciencia individual no hay sufrimiento. ¿dónde está el sufrimiento? ¿De dónde viene? De la acción mental-emocional propia de nuestros personajes y sus patrones de comportamiento de supervivencia que se moviliza condicionada desde los o programas y que responden al modelo de causa-efecto y el patrón placer-dolor.
Vamos con un ejemplo a ver cómo se generaron esos patrones. Porque son la causa de nuestro sufrimiento. De críos nos servimos de las emociones para lograr lo que deseábamos. Aprendimos que cuando tenemos hambre, un dolor, una causa, y lloramos-desplegamos una emoción, un efecto para que nos den de comer, y obtener un placer, un resultado. Ahora ese niño/a ha crecido un poco más y ya sabe decir que no le gustan-un dolor las judías verdes. No las quiere comer -eso le va a evitar un dolor- que obviamente no quiere porque no hemos venido a sufrir.
Recuerda: Nadie está en este precioso planeta para sufrir, ¿ok? ¿Qué hace ese niño entonces? Puede intentar muchas cosas: si ya habla dirá que no las quiere. Si no habla llorará delante del plato. O puede cerrar la boca con mucha fuerza. En fin, probará de todo, hasta que encuentre la respuesta adecuada por parte de ese adulto que le cuida y atiende, y supuestamente le mima y quiere lo mejor que sabe.
Fijémonos ahora en el adulto: ¿qué hará? El patrón causa efecto del niño, dispara el suyo propio. El quiere que el niño coma las judías. Sabe que son buenas para él y trata de negociar… Al final, entra a manipular, típico despliegue mental-emocional… Me das-te doy, venga va una más…. no ya llevo 5 y me has dicho 3…Venga vaaaa, una más por papá, otra por mamá… ¿te suena esto?
Pero ese niño/a, puede estar en un entorno en el que dan muestras de impaciencia, enfado, frustración, cólera…. y hasta de agresividad. El niño/a, un día recibe un fuerte bofetón por no comer las judías. La persona que le cuida, en quien confía su vida y desarrollo, le dice además que esto que ha hecho es porque le quiere bien. Y él/ella el niño no entiende nada, pero su instinto y patrones de supervivencia sabe que necesita ser cuidado, y querido… Todos necesitamos sentirnos queridos, amados para progresar en esta vida.
Y como ya sabes, la vida protege y apoya a la vida, así que la vida que es este niño va a protegerle utilizando -y lo hará de forma automática- los recursos que tiene a mano. Así que el niño que vive una experiencia como esta aprende gracias a esos patrones, los comportamientos primarios que ha de mostrar para evitar el dolor. Según su edad, la intensidad de las experiencias vividas, las reacciones y comportamientos que observa en su entorno cuidador, el niño/a va a estructurar una respuesta automatizada que se va a disparar cada vez que perciba una vivencia que le recuerde, aunque sea remotamente a la que vivió. NO hace falta que sea real, el cerebro del niño en su afán protector se pone en guardia ya sea por un tono de voz, una palabra, un gesto… lo que sea que le parezca amenazante para su integridad.
Y así es como, poco a poco, experiencia a experiencia, año tras año, el niño/a crece aprendiendo a evitar el dolor, a actuar movido por el miedo, a desear la caricia, el beso, lo que le da placer. Lo necesita y si no lo encuentra, se aísla, busca con lo que evadirse…Por tanto aprende a adaptar su comportamiento a lo que cree que le va a evitar el dolor. Y es así como crea una idea de sí mismo, que responde a lo que le ayuda a conseguir los resultados, aprecio, cariño., reconocimiento. que necesita. También crea una idea más acerca de sí mismo, la que le dice lo que debe ser para moverse según lo que ve y aprende en su cultura, tradiciones, y demás entornos habituales familiares, educativos, amistades…
Así se crea el conflicto entre el interior y el exterior. Entre lo que vivo y lo que querría vivir, entre lo que debo ser, por las expectativas que debo cumplir… y lo que creo que soy. Así es como me IDENTIFICO con esas ideas, así es como creamos una IDENTIDAD, Y con ese armamento es como llegamos a la edad adulta, muchos sin haber mirado y ni siquiera cuestionado nada de lo que me digo a mi mismo. Ni una sola palabra me cuestiono.
Estamos invitados a amar: ese es el sentido y propósito de renacer al sufrimiento
¿Quieres empezar un primer paso para ir al encuentro de ti mismo, al encuentro de eso que está en el origen de la vida y la salud? ¿En tu propio origen? Vamos a entrar para salir de lo que te está haciendo sufrir…
¿Qué tal te suena la opción de rendirte? Rendirte es entregar, es ceder las riendas. Rendirse es dar un paso en la dirección de amar lo que hay. La pregunta que nos hacemos al rendirnos plena, auténticamente, es ¿Hasta dónde puedo amar?
Amar implica acoger-se, entregar-se, ¿a qué? A explorar el silencio de la mente, ¿qué hay detrás de los pensamientos? SILENCIO…
Amar implica despojar-se de lo que creía ser, de lo que debería ser… Y así es como renacemos, a cada momento. Así es como nos transformamos…Para tener una visión de transformación y renovación de la vida podemos experimentar lo que más pone en evidencia la ilimitada continuación de la vida. Solo tienes que seguir observando, contemplar la naturaleza para darte cuenta del misterio de la vida.
Vamos a mirar este cuerpo que habitas. ¿De dónde viene? No sale por generación espontánea, ¿cierto? Cada célula viene a su vez de otras células, que a su vez vienen de otras células…En la propia muerte de la forma previa está el renacer. El espermatozoide se transforma, el ovulo se transforma, y fruto de su unión nace de ambos, otra forma, el embrión, cada forma muere a la forma siguiente…
Nuestro cuerpo de hoy: ¿qué tiene que ver con el cuerpo de cuando nacimos? ¿cuántas veces habrá muerto? La semilla de una planta, de un árbol, como forma muere y da paso al árbol, nace el árbol. Solo si muere da fruto y nace una nueva forma. La vida es eterna, la vida es infinita…
Claves para no enfermar: no es tanto un ejercicio mental como un ejercicio de libertad,
En relación con las vivencias de transformación personal, te decía que la gran aportación de Jung fue el análisis de arquetipos que tanto ayudan a adentrarse en lo que se conoce como sombras, el lado oscuro, lo que no conocemos. Nunca le presté atención. Otra aportación valiosa para desgranar el lado oscuro, las sombras, es la que propuso Claudio Naranjo con el Eneagrama.
Para mí, arquetipos y eneagramas, son técnicas que pueden ayudar a reconocer el lado oscuro lo que no ves de la mente y te afecta. Pero seguimos en un plano mental y ya sabes que la mente no cambia ni transforma nada. El riesgo que corremos con estas técnicas es quedarnos ahí, identificarnos con ellas y creer que somos ese perfil de arquetipo o ese número de eneagrama. Pero no pueden, no te ayudarán a trascender el sufrimiento, no te ayudarán a recuperar la alegría de vivir y ser quien eres.
El viaje que hacemos en la transformación del sufrimiento
Ese es el de nuestra identidad, ¿recuerdas el ejercicio anterior? y ese viaje lo realiza el alma, la conciencia, quien de verdad somos. Saltar a la verdad de lo que somos es saltar a la conciencia, a lo auténtico en nosotros.
La autenticidad es sencilla y poderosa, sabes ¿por qué? Porque reside en el corazón, no compara, no hace juicios, no se fuerza a ser nada… Ha elegido vivir, no sobrevivir.
Y elegir vivir es lo único que importa, porque te da la fuerza. Elige vivir y viviendo auténticamente verás y acogerás todas las etiquetas, miserias, sombras que te habías puesto en el modo sobrevivir.
Por eso de todos mis amigos psiquiatras y neurólogos me quedo con Víctor Frankl, y su mirada humanista. Mira, déjame que comparta contigo algunas de sus reflexiones: “El ser humano está ahí para superarse a sí mismo, para olvidarse, para perderse de vista, para hacer caso omiso de sí mismo en la medida en que se entrega, se da, a una causa, a un prójimo. Esto es lo que yo entiendo por auto trascendencia, y solo en ella se vuelve el ser humano verdaderamente humano.”.
V. Frankl para mí, gana por goleada con su propuesta de vida: encontrar sentido nos permite trascender el sufrimiento, saltar a la luz de la autenticidad. Es tan sencillo que parece imposible y sin embargo es lo más real que puedas encontrar.
Frankl nos da las claves para la realización y trascendencia del sufrimiento por medio del amor. Y nos hace una invitación terriblemente humana y trascendente cuando nos dice que: “el hombre, aun en la más terrible de la adversidad puede conocer la felicidad si contempla al ser querido. Cuando el hombre no puede más que limitarse a soportar los sufrimientos con dignidad, ese hombre puede por fin realizarse en la contemplación amorosa del ser querido”.
Para mí, la gran contribución de Frankl vino después, cuando al salir del campo de concentración supo que su esposa, la forma física- mujer que le inspiraba esa contemplación amorosa había desaparecido. Frankl realizó la contemplación más valiosa: se dio cuenta que el amor que le inspiraba su mujer era en verdad suyo, salía de él, era fruto de su propia mirada.
Aquí, ahora, te invito a que tú también elijas vivir
Y lo hagas de la mano de nuestro curso Sobrevivir o vivir: ¿hablamos de salud? Un curso que te lleva a mirarte desde la autenticidad y descubrir de lo que en verdad estás hecho con el curso. Podrás conectar con la grandeza que eres y con la misión propósito que es tu regalo de vida.
Serie del cambio
Seguimos adelante con el ciclo relacionado con el cambio. Por si te falta por escuchar alguno, te los dejo listados aquí:
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