Seguimos con la serie sobre adaptarnos al cambio… y hoy quiero añadir a este apasionante tema del cambio una mirada optimista hacia nosotros mismos. Una mirada que nos llene de paz, libertad, felicidad…
Pero primero hay que comprender. Y lo que vamos a comprender es que la adaptación tiene sus fases. Y la primera es la más difícil. Ahora bien, una vez superada esta, ir ascendiendo a las siguientes es una cuestión de practica y de confianza. Así que hoy te llevaré a recorrer en este capitulo los tres estados del cambio: Aceptación, Disfrutar y el Entusiasmo.
Cambiar nos cuesta, ¿cierto?
En verdad lo que nos cuesta es aceptar que algo a mi alrededor desaparece, que alguien o algo que para mi tiene un significado profundo, importante, no voy a verla o no podré hacerlo más. Por ej., acaba de mudarse mi hija a otra ciudad, y yo tenía la costumbre y motivación de ir a comer con ella cada viernes… un hábito que me proporcionaba bienestar…
La vida duele a veces… Se crea un vacío, un hueco…
Y eso a veces me irrita, incomoda, me entristece … ¿Qué hago cuando me siento así? Pues mira, a mí me ayuda preguntarme… “vamos a ver, angelita, ¿a quien le cuesta cambiar?” ¿quién hay ahí que se está resistiendo?”. A estas alturas de vida, con esa pregunta ya me vuelvo inmediatamente hacia adentro. Y entonces, en ese momento, ya puede salir la sonrisa hacia la que está confortablemente instalada en su sillón…
Y como ya sabemos, desde ahí, solo podemos vivir una vida pensada, pero no será una vida vivida, una auténtica experiencia. Porque ya sabes: cambiar no puede hacerlo la mente… noooo, no no… cambiar es algo que debo amar, que debe ser acogido y abrazado por el corazón.
¿Te has fijado en el árbol? ¿Cómo suelta las hojas verdad? cuando ha llegado el momento, y sin resistencias, y la vida sigue porque la vida es infinita…
Así que cada vez que nos sentimos así de “resistentes al cambio”, podemos saltar, SIIII Saltar al corazón. Dejamos al personaje en el sillón y oye… vamos a cantar, a vivir, a experimentar y curiosear todo… ¿Por qué sabes qué? Que lo mejor está por venir…
Y es así, porque en esto de la adaptación al cambio podemos recorrer tres estadios: Aceptación, el Disfrutar y el Entusiasmarse. Y vamos a por el primero, y hoy nos vamos a situar en este punto de partida, ese lugar en el que ya ACEPTO.
Aceptar es integrar
Aceptar es el primer paso. Aceptar sucede en ese momento en que estamos dispuestos y disponibles para asumir, para integrar en el interior…todo lo que se mueve en la superficie, en el exterior. Y ya lo hago parte de mi, integrar, como en el calculo matemático, ¿cierto? Ya no hay rechazo,
Vamos a un punto importante: A menudo nos engañamos y decimos que aceptamos cuando en verdad estamos resignados… Es decir, con una estupenda batalla campal que se da en la mente en nuestro interior. ¿A que sí? Me digo que si, claro que acepto y en verdad estoy en la resignación: rodeado de tristeza, descontento, preocupación, ansiedad,
¿Cuándo nos situamos en el Acepto real? Pues acepto cuando eso se va neutralizando. Porque aceptar implica que me rindo, devuelvo las riendas, …¡ah .. devolver las riendas! ¡qué descanso!
Cuando me rindo, me abro por completo a un lugar-espacio interno nuevo, en el que me hago consciente, profundamente consciente de algo, …y ese algo, tiene que ver con mi autoengaño, el dolor,. ..Y eso es lo que acojo, eso es lo que hago mío. Y puedo acoger cuando me doy cuenta que salieron de una mirada condicionada por cómo ve y comprende el mundo, y por cómo me veo a mi.
Al Aceptar acojo todo ese estado mental-emocional… y entonces ya no te escapas de lo que duele, o de lo que no gusta según la mente… Desde ese espacio de consciencia la mente se aparta, y tu identidad se ensancha, ya no estás sometida/o a las expectativas, a cumplir un rol, un status… ya no actúas siguiendo los caprichos de la mente… Y ya no te querrás escapar, ya no buscarás una diversión, un estímulo externo para distraerte del agobiante torrente de pensamientos…
Despegarse es despertarse
Entonces, si te prestas atención, adentro de ti aparece algo nuevo. ¿Sabes que vas a encontrar? Un algo muy tenue, un murmullo de paz, de bienestar, una sensación de que te ensanchas... En mi caso experimenté una vivencia así cuando acabó una relación …, después de varios meses de estar en uno de aquellos tira y afloja con el entonces mi pareja, que si lo dejamos, que si volvemos… llegó el día en que noté al levantarme algo diferente en mi: me sentía viva, ancha, una paz que venía de un lugar nuevo…, en fin. Supe que estaba en un lugar nuevo al que antes no accedía. Era consciente de mi de una manera totalmente diferente
Y recuerdo que me hice la pregunta… ¿qué ha pasado? ¿cómo es que te sientes tan bien? ¿Si tu no querías que esa relación se acabara… cómo es que ahora estás sintiendo ese bienestar? Y me di cuenta, muy tímidamente, eso sí, supe que…
Más en el audio…, notaba como que me había desenganchado de algo. Y ese momento estaba tan sorprendida… y duró unos instantes más, hasta que apareció de nuevo la mente.
Por eso, a la aceptación plena se llega, sí… pero hay que viajar,
Viajar a la Aceptación por el cuadrante de la rendición
En nuestras formaciones y entrenamiento en competencias para la vida y la salud, trabajamos mucho el importante tema de la Aceptación en todos sus aspectos cognitivos, emocionales. Desde la información y reconocimiento emocional porque es muy rica, hacemos un recorrido desde lo externo a la vivencia y actitud para así vemos donde tengo mi identidad, cómo de enganchado estoy a las propias ideas, al pasado, a… lo que sea.
A medida que practicamos, se va abriendo ese espacio individual en que ya puedo indagar en mi, en que puedo verme, darme cuenta de mí… Ya hay cierta separación entre la propia conciencia individual y lo que dice el ego…Y aunque sea muy sutil al principio, cuanto más te adentras cuanto más te aquietas, más te separas del ego y sus películas. Y más espontaneo puedes ser. Porque en esa quietud es donde está precisamente el ser.
¿Qué implicaciones tiene estar y vivir desde ese lugar de conciencia? Lo primero, es que ahí, míralo… respira hondo… empiezas a abandonar pensamientos, ideas. Al decir abandonar quiere decir que no los sigues, que no te enredas en argumentaciones…Y al indagar desde ese lugar entonces se produce la magia de encontrar sentido.
¿Qué quiere decir encontrar sentido? Recupero la libertad de quien soy, recupero un estado de fuerza que además es neutro, natural, no dependiente de algo externo. A medida que nos vamos entrenando a soltar las ideas, opiniones, interpretaciones del ego—y realizando tu acción va cogiendo otra música, la tensión se deshace.
Y es así como voy entrando en la aceptación primero, luego en el disfrutar y del disfrutar al entusiasmo. Es importante que aprendamos a reconocerlas en nosotros. Porque están en nosotros. Vaya novedad. Sí.
Pero es que y esto es importante al aprender a escucharte, mirarte, a reconocernos en este espacio de conciencia individual que cada vez es más ancho, más genuino, más luminoso, vamos comprendiendo cómo de alineados estamos entre el propósito exterior -representado por lo que hago, lo que digo, siento…- con el propósito interior – quién soy-. Nuestro propósito interno el del ser no tiene que ver con lo que haces sino con lo que eres: ¿quién eres cuando haces lo que estas haciendo lo que sea que haces. Cada una de ellas, aceptación, disfrute y entusiasmo, nos hablan del grado de alineación entre nuestro Hacer y nuestro Ser. Así que, cuando estás en la acción, mírate, obsérvate y pregúntate si lo que estás haciendo te afianza:
¿Estás en lo que haces desde la aceptación el disfrute o el entusiasmo…? ¿Hay alguna de ellas? ¿O estas en la duda, sentirte obligado/a, en el que dirán?
Si estás ahí, párate y date cuenta al menos de que estás poniéndote en modo lucha, y eso quiere decir que aunque estarás en el hacer, será un hacer que harás corriendo, harás con prisas, porque además te quieres escapar de lo que haces porque no eres tu, no estás auténticamente tú aquí y ahora… Y como te escapas de mirar tu incomodidad, ya te vas mentalmente, ya estás en el paso siguiente, en la actividad que toca a continuación…aunque estés aparentemente en esta…
¿Quién lleva las riendas de tu vida? ¿A quien le has cedido el mando? ¿Quieres descargarte de esas necesidades del ego? ¿Y atender a lo que hay en ti de autentico que sí sabe por donde tienes que ir?
Pues vamos a entrar de verdad en el aceptar y el disfrutar…
Sobre el aceptar y el disfrutar
Acepto cuando ya no lucho, cuando digo si desde el corazón, aunque la mente diga no. Y si no lucho ya no genero sufrimiento en mi, ni en los que están conmigo. MI intercambio con los demás deja una huella perfumada, original, amable, pacifica.
Y si de lo que me doy cuenta es de que aún no puedo disfrutar haciendo una cosa, al menos puedo aceptar que eso es lo que me toca hacer. Y la aceptación pasa por decirme: “por ahora esta es la situación, exige que yo haga esto”, Y no entro a calificar si me gusta o no, si me toca o no… simplemente decido que lo hago y lo hago de buena gana. No me siento una victima de las circunstancias, ni el salvador que lo va a solucionar todo…
Y si no puedes disfrutar ni aceptar lo que haces, deja de hacerlo. Es preferible dejarlo que seguir en algo que te impide vivir. Porque continuar ahí o así, te pone en contra de la única responsabilidad que tienes, la de hacernos responsables de cómo nos estamos sintiendo. SÍ, es mi responsabilidad la de indagar en mi cuando me siento desorientado, irritable, … ¿Quién si no lo va a hacer? Cuando no asumimos esta responsabilidad, que solo es nuestra, tampoco estamos asumiendo nuestra vida.
Elige la vida y vivirás
Cuando tu actividad no está centrada en un resultado. Cuando lo que haces ya no es un medio para lograr un fin, es decir cuando estás aquí, ahora y no en el pasado o el futuro, tu capacidad de disfrutar con lo que haces crece y crece y crece. Un ejemplo, hoy vienen a comer mi hijo y su novia. Estoy en la cocina preparando un guiso.. Pero si mientras estoy guisando empiezo a pensar en ¿que dirá? ¿Le gustará? ¿Y sino sale espectacular?… Ya está, ya empiezo a sufrir. Ya me he cargado la alegría de entregarme a lo que hago, y con ella, me he cargado la capacidad de disfrutar… Mira que nos cuesta… con lo fácil que es ser feliz… Solo hay que estar alerta. Y esta capacidad de alerta también se entrena.
No es el cocinar lo que me hace disfrutar, sino esa profunda sensación de vitalidad que está ahí, bien presente, y por tanto siempre está a mi alcance, conmigo, ahí dentro. ¿NO es una lastima perdérsela?
Del Entusiasmarse
En el entusiasmo, igual que en el disfrutar fluye la alegría. Pero esta alegría no viene de lo que haces, noooo… viene de la conexión que hay entre lo que sale del fondo, de tu ser, y va hacia el mundo exterior, uniéndose así también al hacer de otros en ese exterior.
Entusiasmo es como el disfrutar a fondo y a tope con lo que haces, pero lleva un elemento añadido: y es que conoces, que tienes un por qué lo haces. Una visión, un sentido que actúa en ti impulsándote como si te llevara una flecha expansiva a toda castaña…
Al disfrutar del hacer estando aquí, presente, consciente, se le añade la chispa, la intensidad, la emoción de este vuelo que te lleva bien potente hacia ese futuro, esa visión de algo que te seduce, te motiva, te impulsa. NO estoy diciendo que se viva en el futuro, sino que se tiene una causa, un sueño o visión. No nos mueve un resultado o un objetivo, sino que esa tensión que siento, es la de un anhelo y tiene otra cualidad… invisible pero muy real. Y tu ya sabes de qué te hablo…
Serie del cambio
Seguimos adelante con el ciclo relacionado con el cambio. Por si te falta por escuchar alguno, te los dejo listados aquí:
Deja una respuesta