Continuamos profundizando en la adaptación al cambio y hoy lo abordamos desde la mirada que nos la relaciona con nuestra vocación de servir.
El juego infinito de Simon Sinek
Y para comentar sobre este apasionante tema, traigo un hombre para mí emblemático en su comprensión sobre lo que es el concepto y la vivencia del servicio, el espíritu o vocación de servicio en las organizaciones. Te traigo a Simon Sinek, que nos va a acompañar en este recorrido del podcast.
Me encanta cómo empieza Simon Sinek la introducción de su libro “El juego infinito” una historia que hace reflexionar sobre diversos aspectos de nosotros como ser humano y cómo nos movemos y cambiamos en las organizaciones. Un libro en el que desgrana nuestra cualidad y competencia de servir, de entregar, de dar-nos… Y él expresa mejor que nadie la relación entre nuestra naturaleza de dar, de Servir con experimentar plenitud, con la sensación de una vida plena. Te leo y comparto porque me parece que ayuda a fijar el contexto.
Dice así: “En un cruce de carretera hay una señal de dos direcciones. Hacia una de ellas, la señal dice “Victoria”. Apuntando en otra dirección, la señal dice “Plenitud”. La palabra original, en inglés es “fulfillment” que bastantes traducen como “realización” especialmente es la que se utiliza en el entorno empresarial).
Continúo leyendo porque hemos de escoger una de las direcciones…, y dice así: “Si elegimos el camino hacia la victoria el objetivo es ganar. Experimentaremos la euforia de la competición mientras corremos hacia la línea de meta. ¡La multitud nos anima y aplaude! Y entonces, se acaba. Y todo el mundo se va a sus casas. Si elegimos el camino a la plenitud, el viaje será largo, habrá ocasiones en que deberemos tener cuidado con los pasos que damos. Habrá momentos en los que podremos parar y disfrutar de las vistas. Y continuamos, y seguimos, y seguimos… Las personas se nos unen para acompañarnos en este viaje. Y cuando nuestra vida acabe, aquellos que nos acompañaron en el camino a la plenitud seguirán caminando sin nosotros, e inspirarán a otros para que se les unan también”.
Bien, bien, bien… respiremos un segundo inhalando la sensación de victoria. ¿Qué sientes? Suéltala… Ahora, inspiremos inhalando plenitud y obsérvate. Recréate en la palabra plenitud… ¿Notas como te ensanchas?
Camino a la victoria o camino a la plenitud
¿Qué hace la diferencia entre escoger un camino a la victoria o a la plenitud? ¿Qué diferencias veo yo? La primera: Al escoger la victoria se vive una experiencia basada en la expectativa. Estamos en el enganche a aquello que creo que me va a traer un resultado que por supuesto, viviré como un logro, una victoria…. Seguramente lo daremos todo, porque el placer de lograr, el placer de ganar es grande. Y tanto lo es de grande como efímero,…. también.
La segunda alternativa es escoger la dirección a la plenitud. Es un viaje de esperanza, está lleno de confianza en que algo se va a realizar, también hay deseo de que “eso” se realice, pero lograrlo o cuando lograrlo no interfiere, no es lo que ocupa nuestra atención.
Porque en esta dirección a la plenitud, se disfruta de cada paso que se da, aunque en algunos podamos tambalear y caer. Todos se unen sin tener un final claro a la vista. No hay un tiempo preciso en el que cumplir una entrega, lograr un resultado…, Sencillamente, a los que nos unimos en este camino nos mueve la colaboración, la entrega a servir a algo que va más allá de una paga extra, de una medalla, de un aplauso más.
¿Qué es lo que importa en este camino entonces?
Son varias las notas que hacen la música en este camino…
La chispa del propósito:
Algunas maneras de nombrar a eso que nos une son propósito, misión, lo que nos da sentido… no sólo individual, también colectivo. Significa que, al conectar con el propósito. Podemos encender esa chispa de energía que llevamos todos, esa fuerza que nos energiza, esa conciencia que compartimos, esa inteligencia colectiva que es mayor como unidad, porque supera lo que sumamos de una en una y con creces.
¿Cuándo se activa esa fuerza que nos une? Lo hacemos al conectar con eso-propósito, que va más allá del interés particular en que se cumplan mis deseos.
La propia plenitud:
Otra cosa que importa es darse cuenta al vivirlo que plenitud no es un lugar al que voy, no es un destino, plenitud…, se es. No es un logro, tampoco un resultado. Es un estado. Un ser lo que somos. Para conectar y comprender lo que es plenitud, te traigo y comparto una definición algo más poética de otro autor, Vicente Merlo, y cito:
Cierra los ojos… mientras escuchas ahora: “decir plenitud es una manera de hablar de esa vivencia profunda en la que todo deseo ha terminado, todo temor ha desaparecido, todo pensamiento ha cesado o al menos, no resulta ya una molestia. Plenitud es un estado en el cual uno se instala permaneciendo más consciente que nunca, como si hubiera despertado de un largo sueño y de pronto se encontrase con un bello paisaje interior”.
Mmmmm, ¿cuándo sucede esta conexión? Yo solo la realizo, aquí y ahora.
Bien,… Hablando de ser consciente, en este momento lo soy, y mucho de que es arriesgado tratar de estos temas que hablamos en el podcast de salutogénesis y competencias para la vida y la salud. Aún así, sigo. ¿Sabes por qué? Porque creo profundamente en la bondad de esta mirada, creo porque experimento el beneficio y la fuerza de esto que llamamos sentido, propósito, competencia para la vida, significado.
Pueden parecer abstractos, lo son. Se hace difícil hablar de ello porque no podemos AÚN hacerlo en los términos en los que la evidencia científica basada en la racionalidad, Newton, Descartes nos ha entrenado estamos en el ámbito de lo Real, y lo real es real cuando es vivencia. Por eso aún encontramos muchos que consideran la calidad de vida como un indicador soft. Al menos en este lado de nuestra cultura.
Déjame que te ponga un ejemplo de cómo de real, y auténtico es lo abstracto. Piensa en alguien que no está ya a tu lado, alguien a quien has amado intensa y profundamente, alguien a quien te sentías muy unida/o. Ahora trata de explicar con palabras primero como es la naturaleza de ese vínculo, y de qué está hecho el vinculo. O inténtalo con datos y formulas si prefieres apoyar la evidencia de su existencia desde ahí.
Trata de describir qué energía notabas, qué tipo de conexión era la que sentías cuando estabas con esa persona. No puedes. Sin embargo, nada en tu vida es más real, más auténtico, más verdad que lo que ha formado y forma esa unión, ese vínculo. Porque eso, esa verdad, esa autenticidad sigue viva en ti. Y sabes que existe, aunque no lo puedas demostrar “científicamente”.
Y si quieres abundar en este tema, en este sentido déjame que te recomiende una película que he vuelto a ver recientemente y con la que he disfrutado mucho: Contact, de Jodie Foster como protagonista. Una peli de 1996, en la que ella es una brillante científica. Es fantástica la escena final, la del juicio que le hacen porque quieren obligarla a que renuncie a sus teorías basadas en lo que ha vivido, ella responde y dice emocionada, que NO puede renunciar a lo que defiende porque … y lo dice con una gran admiración, con humildad y esperanza. “todo me dice que fue real…, aunque no lo pueda demostrar”
Y entramos en el tercer ingrediente…
La fuerza de la determinación:
Otro elemento que importa es la determinación. Porque este, camino, el de vivir consciente no es el camino fácil. Es un camino para el que lo elige, de resistencia, de perseverancia.
Muchos de los que controlan o se mueven bien dentro del sistema actual nos dicen que somos ilusos, ingenuos, utópicos y otras lindezas por el estilo. Nos dicen que no nos enteramos de cómo funcionan y son las cosas. Me niego a creer eso, me niego a arrugarme, ya no más. Me parece que el sistema está saturado, y necesita que entren otras certezas, otros filtros. Aunque suponga un remar contracorriente, yo sé, en mi interior sé, que ahí está la autenticidad.
Pero también comprendo bien que los seres humanos estamos programados por nuestros patrones, memorias, pensamientos y comportamientos de sobrevivir. Queremos escuchar soluciones rápidas que nos aquieten. Para no mirar lo que nos resulta incomodo.
O seguimos dando crédito a esas excusas que nos damos para no saltar del confortable sillón, que, aunque haga aguas por todos lados, sigue siendo “mi confortable sillón”. En mi caso, ya siento que he elegido la dirección de este camino de plenitud. Es el que puedo experimentar en la creación de la Escuela.
Pero hemos sido entrenados para sobrevivir, para compararnos, para jugar un juego en el que prevalece el ganar, ya sea algo material o un reconocimiento externo. Un juego que sigue dando de comer a nuestros egos. Se nos olvida, que estamos capacitados para jugar infinitamente.
Así que así vamos, probando y cayendo… por eso la determinación nos ayuda enormemente a mantenernos firme en la apuesta arriesgada que hemos hecho. Y tenemos una buena noticia: existe una poción mágica que podemos tomarnos mientras vamos caminando y entrenando nuestros músculos y nuestras competencias infinitas…
La poción mágica: Ingredientes para despertar el espíritu o vocación de servicio
¿Qué cualidades y competencias distinguen a alguien que vive el servicio como su pasión? Estas cualidades están ligadas a la propia palabra y sus significados.
Servir, en inglés, “server”, tiene diversas acepciones. Una de ellas, muy comúnmente utilizada en términos tecnológicos es la que se utiliza para referirnos a un punto al que llega información y que siempre está disponible, ¿cierto? Puede ser un punto físico (ordenador) o bien espacio y tiempo virtual.
Me importa destacar, lo interesante de esta acepción, y es su disponibilidad 100%. El servidor está 100% disponible, siempre está abierto para que la información que almacena pueda, ser vista, ser utilizada.
Ahora, damos otra vuelta, dando un salto idiomático: Server en inglés, se compone de dos silabas que, en nuestro idioma, son Ser y Ver. Para despertar el espíritu de servicio, se necesitan las dos silabas, que estén activas en nosotros:
- Ver, ver qué necesidades se presentan, ver de comprender lo que sucede, de comprender que se puede ser de ayuda,
- y ahí entra la segunda silaba: el Ser, esa necesidad despierta la acción en nosotros desde el Ser.
La acción de ser útil, de ayudar, aliviar, atender, nace de un lugar auténtico, y la respuesta que demos, SÍ sirve y porque sirve a algo que va más allá de nosotros y nuestro particular interés, nos llenará, nos expandirá, viviremos la plenitud. Al servidor genuino, le importa tanto sentir su propia plenitud como la tuya. Actúa movido desde la acción compasiva, la comprensión moviliza el amor, y…, al darse, te llena, te hace sentir que no estás solo o sola. Eso te llena y le llena.
Bien, hemos hablado de la disponibilidad, del ver-comprender las necesidades, del despertar de la llamada a la acción útil, autentica, de servir, darse.
Vamos a la Naturaleza para inspirarnos…
Ahora la inspiración a entrar en el servicio va a venir de la observación de la naturaleza. Párate un momento y comprueba que la vida es infinita transformación. Mira en este momento los arboles… ¿Cómo están? Llenos de yemas, que pronto reventarán y darán paso a las nuevas hojas.
Así, el árbol recibe los estímulos adecuados como son las condiciones de luz, agua, sigue siempre vivo, dando y recibiendo en un juego infinito, en el que se mantiene cumpliendo su ciclo ecológico. En confianza y abundancia sigue cumpliendo con su misión de recibir y dar.
Y hay tantas yemas y llenas de vida que, aunque las cotorras vayan a pegarse el atracón a las ramas, el árbol lucirá verde y pletórico en unas semanas…
Nosotros, somos naturaleza y podemos manifestarnos gracias a este relacionamos con todos los que van apareciendo en el camino, en un continuo intercambio, de dar y recibir. ¿Cómo y desde donde conectamos con los demás? Se despierta la Empatía, una competencia GRANDE que engloba aspectos cognitivos, emocionales, que nos movilizan a la acción. En este espíritu ya puedo percibir claramente lo que necesita el otro, lo que necesita el mundo, y aprendo a jugar ahí, a salir en ayuda del que en este momento más se requiere. Porque lo importante es que el juego no pare y que nadie se sienta excluído.
La poción mágica, tiene otro componente clave, retar el status quo, aportar creatividad, nuevas ideas para viejos problemas, no conformarnos con las soluciones de siempre, explorar más. Esto requiere valentía, la valentía de liderar con una mentalidad infinita como la llama Simon Sinek, que la define como “la expresión de una voluntad que se mueve porque quiere cambiar del todo nuestra percepción de cómo funciona el mundo”. En esta nueva visión del mundo crecemos en confianza.
Y resumo los ingredientes: disponibilidad 100%, comprender las necesidades, acción empatía, compasión, coraje. A cambio se recoge plenitud, realización…
Si… pero…
¿Cómo trabajamos el cambio de mentalidad?
Entrar en un cambio de mirada, de visión sobre la realidad, y de cómo vemos el mundo y nuestra propia vida… no es fácil cuando hemos sido educados y entrenados a competir, a compararnos y ganar. Las inercias son muy fuertes y nos tiran para atrás cada día, varias veces al día…
La mayoría de nosotros empezamos nuestro cambio porque se producen uno o varios acontecimientos que nos ponen contra las cuerdas. Y nos llevan a querer, a desear vivir ese momento como una oportunidad de cambio de vida, una experiencia que nos puede transformar porque todo se tambalea.
En mi caso era el año 2012, cuando me notificaron que, con los últimos cambios, mi posición se amortizaba, decidí que no quería repetir más de lo mismo. De verdad, que no sabía aún por qué lo hacía, seguí una intuición. Algo muy interno pedía libertad y decidí, esta vez sí, hacerle caso. No sin miedos, no sin ansiedad…
La otra posibilidad de encontrar valor para cambiar nuestra mentalidad pasa como dice también S. Sinek por encontrar una “Causa Justa” que nos inspire. Que conecte y nos dé una motivación un por qué. Que nos rodeemos de otras personas con las que compartamos esta causa común. Gente en la que confiamos y que confía en nosotros. Esta Causa nos conecta con un futuro que merece mi, tu, nuestro esfuerzo.
En cuanto a mi, te puedo decir que en mi cambio de mentalidad…. Como fruto de mi propia transformación, he creado herramientas poderosas para acompañar la transformación de otros también desde la autenticidad. Y en el curso ¿Sobrevivir o Vivir, hablamos de Salud? que estructuré en formato retos, tienes 5 herramientas de las más potentes.
Por tu salud, tu plenitud, te animo tanto…
Me tienes también a tu disposición cada jueves, de forma gratuita para comentar las dudas que te puedan surgir ahora, o en el momento que sea. Puedes reservar tu espacio aquí.
Serie del cambio
Seguimos adelante con el ciclo relacionado con el cambio. Por si te falta por escuchar alguno, te los dejo listados aquí:
Plenitud