Introducción: Enfoque para las próximas semanas
Seguimos con la serie dedicada a la Adaptación al Cambio. Gracias a los comentarios que muchos de vosotros me habéis hecho llegar, me he dado cuenta de que queréis y necesitamos abundar en la práctica del cambio. Muchos os habéis sentido reflejados en lo que comentaba en el capítulo anterior. Y también me habéis pedido que os enseñe algunos ejemplos prácticos, aplicando herramientas con las que poder atravesar los problemas inherentes en la incertidumbre que vivimos.
¿Qué debería ser el cambio? Y qué me propongo que sea….
El cambio debería ser un placer. Cambiar implica afrontar retos, … Sin problemas, sin retos no se crece. Sí, así es, con el cambio crecemos, y esto es así y lo hacemos desde que nacemos. Fíjate en ese bebé que fuiste, y mira cómo nos enorgullecemos de los pasos que vamos dando, de la bicicleta ya con dos ruedas, de la entrada en la universidad, del primer trabajo.
Nos satisface crecer y cambiar. Van juntos, ¿verdad? Y crecer nos gusta tanto, sabes ¿por qué? Porque crecer es acercarnos al Ser que somos. Crecer nos expande, nos ensancha, satisface y nos alegra.
Sin embargo… con los cambios ¡sufrimos!
¿Por qué sufro con el cambio?
Entendamos bien por qué sufrimos cuando cambiamos. El dolor va implícito con la vida: Sentimos dolor ante la muerte, la pérdida del empleo, sentimos dolor en tantas situaciones… y el dolor es algo natural. Protege la vida. Nos mueve a la acción.
Lo que no es natural es sufrir.
Sufrimos en primer lugar porque no sabemos que estamos sufriendo. Por ejemplo, en la muerte de un ser querido. Hemos crecido, nos hemos educado en unas tradiciones para las que sufrir, hasta estaba bien visto. O al contrario: no sufrir era mal visto, criticado. Sufrir o no hacerlo, no tiene nada que ver con lo mucho que le quería.
El amor no muere. No puede. Es infinito… porque está y es la base de la vida.
Sufrimos porque vivimos en las reacciones condicionadas, vivimos a merced de la mente. La mente es la que genera expectativas, ideas, interpretaciones. Y eso desencadena unas emociones que, en cada uno de nosotros se manifiestan con diferente intensidad y duran todo el tiempo que sea necesario, hasta que, por fin, comprendo un poco más sobre lo que el cambio me está invitando: a vivir desde el corazón … y eso significa: acoger, aceptar, y decir sí a lo que la mente rechaza.
Un ejemplo personal:
Por ejemplo, en la muerte de un ser querido, en mi caso, voy a hablar de mi madre. Ella murió hace muchos años ya, pero me ha costado comprender todo el impacto que tuvo en mi ese hecho. Pasé por una primera etapa de shock, me quedé sin capacidad de reaccionar.
Creo que el miedo me dejó ahí, un tiempo, intimidada, temerosa, huidiza. También aislada, solitaria, desanimada era como se manifestaba la tristeza. Se combinaba con la rabia, que me hacia sentir frustración irritabilidad, indignación… La verdad es que se desplegó durante mucho tiempo todo un carrusel emocional que, como no entendía y no le dedicaba el tiempo, un trabajo exigente, los hijos, los asuntos varios… todo pasaba por delante.
Así que lo dejaba aparcado, eso sí, haciendo un sobreesfuerzo, siempre intentando que no se notara mi estado mental-emocional. Éstas fueron algunas de mis reacciones emocionales.
Y cada uno de nosotros tenemos nuestra propia manera de reaccionar, nuestro “patrón o caja emocional”, que surge a toda velocidad especialmente ante cualquier circunstancia, que llamamos adversidad y por tanto calificamos como mala, o negativa. En contraposición a lo que quiere la mente que sería lo bueno o lo positivo.
Por eso sufría y sufrí durante muchos años aquella pérdida: La mente me decía, y yo compraba el argumento, claro… que mi madre no debería haber muerto, que era muy joven, que yo no había podido disfrutarla ni conocerla, que me había perdido … y así, encima, aparece la culpa!
Lo que me hacía sufrir era toda esa marabunta de pensamientos, interpretaciones y nos las creemos tanto, que nos parece que somos esas ideas, esas películas… que cuando no tienen el final feliz que la mente quiere, que ese yo quiere, nos hacen sufrir tanto… Por eso es tan importante que nos veamos en acción, que nos conozcamos. Hay mucho movimiento de “positivismo” ahora, y no nos damos cuenta de cómo nos manipulamos a nosotros mismos, mientras seguimos a merced de la mente.
Otro ejemplo, ahora profesional:
El condicionamiento que llevamos a cuestas y nos sigue en todas las facetas de nuestra vida. También en el trabajo. Por ejemplo: estoy ilusionada con un nuevo proyecto que se abre de tipo profesional y me encantaría que se materializara esa oportunidad.
He formado equipo, he dedicado horas, he dado con generosidad todo lo que sé, y me he empezado a preparar a fondo. Como me hace tanta ilusión, y se está creando un clima de complicidad entre tú y el equipo de la empresa-socia. Como confías y quieres ser honesta, has sido tan transparente que incluso has explicado tus pasiones, tus debilidades y hablas ya de las del proyecto y todo lo que harías para mejorarlo. Estás motivado/a y ya te estás viendo con las manos en la masa y colaborando ahí.
Y un buen día, oh sorpresa, los posibles socios te dicen que no ven el encaje para la colaboración. En 24h has pasado de que te hicieran “la ola” a oír que no encajas…
¿Qué te pasa? ¿Qué pasa entonces?
Observa las emociones: rabia, tristeza, y las vives con frustración, desilusión, abatimiento… hostilidad, y con ellas, proyectas todo tipo de pensamientos acerca de los demás. Así que…
¿Qué toca ahora si quieres cambiar y cuidar de la calidad de tu vida?
Intenta pillar los pensamientos que los acompañan. Porque son estos los que las disparan, y esos pensamientos reflejan la idea que tienes de ti: lo estupenda que soy, lo experta, lo estratega…bla bla bla…
Lo grave es que empiezas a dudar de ti.
Dudas si te has abierto tanto que te has quedado sin nada. Y llegan con mucha intensidad esos pensamientos que te dicen: no tenias que haberte abierto tanto, no tenías que haber hablado de este tema o preguntado por… no tenías que… qué ilusa fuiste al pensar que…
Recorrer un puente, eso es cambio. Y a eso es a lo que te acompañaré en los próximos capítulos. Por eso voy a enfocar el trabajo y contenido de estos podcasts durante las próximas semanas en las problemáticas relacionadas con el cambio.
¿Qué hay al inicio y al final del cambio?
Al inicio del cambio hay miedo. Incluso ante los cambios que nos hacen mucha ilusión, por ejemplo, la llegada de un hijo, la decisión de vivir en pareja, un cambio de trabajo…
Vivimos en un mundo externo, que no controlamos, un mundo que nos trae pandemias, crisis económicas, sociales, que se traducen para cada uno de nosotros en cosas tan concretas como un despido, una enfermedad, un cambio de posición, de residencia, la muerte de alguien muy querido, la pérdida de un contrato de colaboración, la separación de socios, el proyecto que no nos conceden, el estudio que no me sale…
Y esto afecta al otro mundo en el que vivimos. Nuestro mundo interno. ¿Cómo nos movemos aquí? ¿Hay conflicto entre los acontecimientos externos y tu estado interno? Cambiar, cualquier cambio tiene un precio, el precio de la adaptación. Y no hay adaptación sin aceptación. Y en nuestra mano está si pagamos más o menos, según estemos entrenados y abiertos.
Y generamos más conflicto y le tenemos tanto miedo al cambio porque no nos conocemos.
Cuando esto es así, nos encerramos. Hoy, miraremos lo que nos pasa, cuando ante el enfrentamiento de un cambio y superar el instinto de aislamiento, de encerrarnos… esa reacción que tenemos ante la tristeza, la rabia… y que trata de protegernos y apartarnos de lo que no controlamos…
Así que HOY, quiero acercarte una estrategia de afrontamiento. Y compartiré una herramienta que es muy útil para superar o minimizar, cuando menos, el sentimiento de soledad, más que de soledad de aislamiento que he vivido en muchas ocasiones en los entornos de trabajo, los familiares, personales…
Primero, lo primero
Ante una circunstancia inesperada, por ejemplo me acaban de detectar un cáncer, me enfrento a la angustia de las pruebas para conocer el alcance de lo que tengo, luego vendrá la operación que tendré en unos días. Y el tratamiento pertinente… Quizá ya de por vida, cómo puede ser, si mi diagnostico es de Esclerosis Múltiple… O cuando he perdido el empleo y con ello tambalea mi seguridad.
En estos casos, es totalmente normal y necesario entrar en silencio, conectar con mi intimidad, darme cuenta de mi estado mental-emocional.
Muchas veces veo que se vive con vergüenza, culpa y frustración. Pero si NO nos conocemos, acabamos de nuevo engañados de nosotros mismos porque también de esa situación se apropia la mente que la convierte en una necesidad de aislamiento. Como no nos sentimos bien, nos encerramos, nos aislamos. Desde ahí no podemos cambiar. Y ya sabes que cambiar no puede hacerlo la mente. Todo lo contrario.
Cambiar es ejercitar la confianza
Confianza en ti, confianza en que puedes abrir sin miedo el, tu corazón. Ese espacio desde donde te conectas a los demás. La mente se mueve por instinto, el instinto de supervivencia. El corazón se mueve por intuición.
Instinto no es Intuición. El instinto actúa desde el miedo. La intuición se abre y viene de otro lugar. Un lugar que solo puede aparecer cuando aceptas, acoges, y bajas a escuchar el latido de tu corazón. Ese sí que sabe.
¿Quién tiene miedo? el corazón no, el corazón se lanza… no tiene miedo.
Dentro de nuestros deseos de vida, está la necesidad de experimentar que no estamos solos, que tenemos con quien compartir nuestra capacidad de amar. Y conectar con ese interior nos ayuda a no cronificar situaciones como los estados de angustia, crisis de pánico, apatía, …. tan propios de la mente y que con algunas herramientas y entrenamiento podemos superar.
Y mira bien: por más que estemos acompañados de mucha gente, hay un lugar, en el centro de nuestra intimidad donde no llega ninguna compañía más que la esencialmente nuestra. Es allí donde te quiero acompañar hoy, y te acompañaré aprendiendo que ese no es un lugar de soledad sino de fuerza, es donde reside la auténtica fuerza de la vida. Esa fuerza que ya tienes… ¿O se te ha olvidado que la traes de serie, que fue la que te hizo cambiar radicalmente tu entorno en el momento de nacer?
Y SIII, Fíjate como por nuestra naturaleza es a través del dolor que estamos llamados a crecer, y a dar salida a la fuerza de la vida que somos. Intuitivamente y de una forma inteligente estamos llamados a crecer.
Todos hemos vivido múltiples situaciones de cambio
Sin embargo, cuando vivimos un acontecimiento que interpretamos como adverso porque no se ajusta a nuestras expectativas, todos nos ponemos a buscar y a hacer algo que nos saque de ese dolor. Quien más quien menos, todos hacemos o hemos hecho hecho… terapia, un coaching, un curso, un retiro, un programa de retos, lo que sea… que te haya llamado la atención.
Hacemos estas cosas porque queremos un cambio en nuestras vidas. No queremos el dolor en nuestra vida. ¡¡Reconozcámoslo!! Yo por mi parte te digo que sí, que he hecho todo eso y más. Aunque te confieso que seguía sintiéndome vacía. Yo no sabía entonces que el cambio se consigue entrenándolo. No son las técnicas, no… las que nos hacen ni te harán cambiar.
Lo único que necesitamos es hacer de nuestra vida una necesidad… una necesidad de ti, de tu propia presencia, de que aquí y ahora, te encuentres y estés auténticamente tu.
Para este viaje del cambio solo necesitamos 2 ingredientes
Imprescindibles para conectar con nosotros: Fe y Coraje, Confianza y Valentía. La certeza, confianza, fe… ¿sabes que naciste con ella? ¿Sino como hubieras pasado por ese trance del nacimiento? Medita sobre esto… conecta con esa fuerza de la vida, conecta con esta confianza, ¡es la confianza en ti y en tu capacidad!
El coraje, no significa no tener miedo. No, no, … Coraje es pasar a la acción, decidir no arrugarse, es hacer algo por encima del miedo. Pasar a la acción de …
Recuperar el equilibrio perdido: Círculo de Apoyo
Imagínate que Nuestra vida es una rueda, en el centro estás tú, bien presente y con todos los radios de esa rueda bien equilibrados. Son los radios por los que fluye la energía que hace rodar la rueda de tu vida armónicamente, plenamente: Física, mental-intelectual, relacional, entornos y la interior, que da sentido y coherencia a todo.
Y lo que nos interesa, que siempre reine el equilibrio interno y la armonía con nuestros entornos.
Y ahora vamos a utilizar una “herramienta poderosa” el Circulo de Apoyo, que te hace conectar primero contigo mismo. Y pretende sacarte del aislamiento, la sensación de ser un solitario… y que despliegues una mirada renovada, valiente y dispuesta a crecer.
Hoy sé que nada es tan necesario y útil para ti, tu familia y colaboradores como sentirse cercanos, unidos. La unión, el apoyo nos hace capaces de superar cualquier situación de cansancio como la actual. Y sobre todo, salir de los límites del aislamiento y la apatía que nos autoimponemos.
Porque El reto ahora es mantenernos serenos, reconectar con la fuerza interna y superar el caos que estamos viviendo. Que también afecta a tus colaboradores y familiares. Y cada día, lo veas o no, de lo que dudas es de ti. Pero… Si dudas de algo que sea de tus límites. Y ¿cuáles son tus límites? ¿Sabías que no tienes límites?
Vamos a crear Relaciones de Desarrollo te propongo crear tu propio Circulo que reflejará las relaciones que te ayudan a crecer y expandir tus limites, quienes son esas personas-trampolín con las que te desarrollas y sientes que tu energía cambia, que ganas calidad y sentido de vida
Es el momento de darle la vuelta
El Círculo de apoyo se crea aplicando los elementos esenciales de las relaciones que hacen que ésta se convierta en una relación de desarrollo (RdD). Te pido que conectes y apuntes ¿qué personas te vienen así de pronto que cumplan con estos criterios? :
- Siento que me cuidan y me son cercanas
- Me acompañan, comprenden y responden
- Me inspiran y me abren a explorar nuevas posibilidades
- Me desafían, motivan y me hacen ganar autonomía
Una vez seleccionadas las relaciones, puedes profundizar un poco más y confirmar la importancia de cada una de ellas: ¿quiénes son? ¿porqué las elijo? ¿qué aporto yo?
Y ahora algo muy importante: Todo lo que, al hacer este ejercicio, has visto de brillo, luz, paz, energía, fuerza, inspiración en los demás …créeme… ¡¡LO TIENES A TU ALCANCE!!
¿Sabías que reconocemos y vemos fuera lo que ya tenemos en nuestro interior?
Este es el momento de volver la mirada a nuestro interior y conectar con esa fuerza que traigo de serie y está siempre disponible. Éste es un tiempo para que te conozcas, te descubras y conectes con lo que te aumenta tu energía y aumenta tu resistencia. Con lo que te da buen humor, alegría… La buena noticia es que eso que estás viendo en los demás … es que ya lo tienes tú, y eres muy capaz de reequilibrar tu vida y tu salud
¿Pensabas que ya estaba?
¡No! En la Escuela de Competencias para la Vida y la Salud estamos preparando una colección para que esto de descubrirte y conocerte no dependa tanto de los demás, sino que lo hagas fácil por ti y para ti. Para que seas tú, tu primer apoyo, que seas tú quien te dé y te aporte:
1
Cuidado, cercanía y atención
2
Aumentes la comprensión de ti mismo
3
Inspiración, motivación y desafío
4
Abrirte a nuevas posibilidades
Y que vayas a la acción, con esa meditación, cultivando el silencio, con esos ejercicios físicos…y lleves a tu agenda de cada día esos espacios en los que conectas también con tu dimensión espiritual. Ya sea leyendo un buen libro…
Hay mucho y bueno por hacer, leer, descubrir de ti, pero ¡recuerda! elige para conocerte, para profundizar en ti y encontrarte, no para ayudarte.
Con estas actividades que te propongo trabajar con el Circulo de Apoyo te lideras a ti mismo/a, y te haces más consciente de ti. También estás entrenando tu capacidad de escucha y de abrirte a nuevas posibilidades.
Para enfocar este aspecto primero párate un momento y respóndete, ¿qué te interesa y te mueve? ¿qué quieres ver en tu vida?
Porque el cambio somos nosotros mismos mientras estamos navegando la incertidumbre.
Reconectar con tu curiosidad
Y gracias a toda esta práctica vas a reconectar con tu curiosidad. Responderás a tu propio estado mental-emocional que en este momento está convulso y te genera más inseguridad, conectando todas tus dimensiones para que la rueda, gire, sin chirridos…
Y así, vas limpiando tu mirada. Y desde esta mirada vas descubriendo tus competencias para la vida que las tienes y las vives. Y te conectan a ti y a los demás cada día un poco más saludable, más renovado.
Esta del Circulo de Apoyo es una de las herramientas que a mi y a los participantes de nuestros Cursos de Salutogénesis les esta ayudando más a reconectar consigo mismos y con los demás.
Está también en nuestros Cursos, concretamente en “¿Sobrevivir o Vivir?”
Deja una respuesta